TEATRO: LA EXTRAVIADA

EL REVÉS DE LA ESCENA

Un teatro donde se representa La traviata de Giuseppe Verdi y su extraescena, las estrechas instalaciones donde un grupo de empleados cose su vestuario. La magnificencia de la escena y su contrapartida, la oscuridad de un trabajo sin reconocimiento, rutinario; el florecimiento artístico contrapuesto a la lucha mezquina por el ascenso a un puesto igualmente mediocre. La extraviadaSobre este planteo, Alejandro Viola –creador del mítico grupo Los Amados, actor, director, y ahora también dramaturgo[1]–  construye los dos universos paralelos que conviven en La extraviada y les da vida con la sapiencia de quien ha transitado por muchos escenarios acumulando experiencia no solo de lo que sucede entre bambalinas sino acerca de los resortes dramáticos que fortalecen un texto.

La extraviada oscila entre dos mundos a los que se destina un espacio escénico distinto desde el comienzo: aquel donde se desarrolla la ópera y el del taller, con sus dos empleadas más antiguas disputándose un cargo jerárquico -y, también, un hombre-. Sin temor a aventurarse por géneros diferentes, Viola pasa de la lírica a la comedia, de lo cómico a lo trágico sin producir rupturas notables en el devenir del espectáculo. Foto 3 La extraviadaA los pasos de comedia, a cargo de un homogéneo elenco de actores, suceden pasajes de La traviata interpretados por dos cantantes líricos que logran emocionar a la platea. El mundo de los artistas y el de los empleados no se mezclan pero, por momentos, se superponen, combinando -tal como propone el programa de mano- “lo sublime y lo grotesco”. Este es un recurso creativo interesante que, sin embargo, en algunas oportunidades empaña el clima poético logrado por la música.  No obstante, a medida que crece la intensidad dramática motorizada por el conflicto sentimental, esta contraposición potencia lo que sucede en ambos extremos del escenario.

La extraviada  tiene uno de sus pilares más sólidos en un grupo de muy buenos actores –algunos jóvenes, otros reconocidamente solventes- que dan vida a los empleados del teatro; entre ellos sobresale Alicia Muxo. Otro de los aciertos es la deslumbrante escenografía y el vestuario a cargo de Cristina Villamor (si se presta atención hay detalles que permiten conectar los dos ámbitos puestos en juego y hasta notar cómo progresa el trabajo de las vestuaristas).

En definitiva, un espectáculo que no teme a las mixturas, apostando a la calidad en todo lo que propone.

 

En la Sala Siranuch – Armenia 1353 –C.A.B.A. (tel. 4899-4101)

 

FICHA TÉCNICA

Dramaturgia y dirección: Alejandro Viola

Elenco: Carlos Moreno, Alicia Muxo, Vivian el Jaber, Ariel Gangemi y Alejandra Ríos

Cantantes líricos: Natalia Raselli y Santiago Sirur

Pianista: Santiago Rosso

Diseño de escenografía y vestuario: Cristina Villamor

Puesta de luces: Gustavo Dimas

Diseño de sonido: Santi Lesca

 


[1] Sobre Los Amados, consultar nuestra nota acerca de su espectáculo El danzón de los Amados CLICKEAR AQUÍ. En referencia a su trabajo como actor, ver Kavafis CLICKEAR AQUÍ