TEATRO: MATÉ A UN TIPO
UNA COMEDIA NEGRÍSIMA
El autor platense Daniel Dalmaroni ya es un clásico dentro de la literatura dramática. Obras como El secuestro de Isabelita, Una tragedia argentina y, especialmente, Maté a un tipo han sido representadas en numerosas ocasiones con muy buena repercusión. Las quince versiones de esta última en distintos lugares del mundo prueban la eficacia de sus textos y la absoluta vigencia de los “retratos” que propone, “retratos” deformados por un humor corrosivo que le permite poner en escena temas y personajes que, de otra manera, serían difíciles de abordar o eminentemente dramáticos (lo que es, también, cierta forma de inaccesibilidad).
La mirada de Dalmaroni es siempre irreverente y, por eso mismo, puede tornarse crítica. Un tema recurrente en su dramaturgia es el de la clase media, puesta en cuestión a través de sus clichés, exacerbados en la caricatura de la familia tipo con sus conflictos morales, sus contradicciones y cierto candor en ocasiones demasiado parecido a la comodidad. En este sentido, Maté a un tipo no es una excepción dentro de su obra al elegir como protagonista a un hombre “común” convertido en asesino serial. Cuatro personajes bastan al autor –un matrimonio y su hija, y un psicólogo- para poner en cuestión los vínculos familiares, en particular, y los sociales, en general, a partir de un humor negro que cuaja en situaciones disparatadas que proponen la naturalización de los crímenes que comete el jefe de familia casi a diario, por motivos cada vez más triviales.
“En general, mis personajes no son lo que socialmente denominamos como “asesinos”. Matan porque no tienen filtro, por cansancio, por costumbre, por opas”, dice Daniel Dalmaroni sobre sus propias criaturas. Así, sucede con Ernesto, quien en primera instancia parece llevar a la realidad el deseo subconsciente (y pasajero) de un hombre cualquiera frente a la injusticia y el atropello, y cometer un crimen en un momento de ira por estar desbordado, abrumado quizás por otros motivos -aquí recuerda al protagonista de Un día de furia (Joel Schumacher, 1993), aunque en una clave absolutamente distinta-.
La puesta de Mariano Bicain (a cargo del papel del psicólogo en la función de prensa) logra buenos climax explotando la veta paródica de la pieza, en especial en el rol de Marta, interpretada por Camila Perissé, quizás el personaje que tiene la tarea más difícil en cuanto debe compatibilizar el horror que a diario trae su marido al hogar con la “armónica” vida familiar. En este sentido, es un hallazgo la escenografía (para nada precaria) desarrollada por Daniel Feijoo quien ha diseñado un living-comedor bien típico y “realista”, que resalta lo extraordinario de lo que allí sucede.
Viernes y sábados, 21 horas, en Auditorio CENDAS – Bulnes 1350- CABA
FICHA TÉCNICA
Autor: Daniel Dalmaroni
Dirección: Mariano Bicain
Elenco: Camila Perissé, Enrico Sturiale, Noelia Nuñez y Tecsido Goythia
Fotografía: Diego Martin Baamonde
Vestuario original: Rafael Ustia
Escenografía: Daniel Feijoo
Música original: Gabriel Varela
Diseño sonoro y música original: Julio “Chino” Fernández
Prensa y difusión: Duche&Zarate
excelente obra!!!la recomiendo!!!
Yo también!