CINE: CORAZONES DE HIERRO

Estreno 15/01/15

Por El espectador compulsivo

UN “TANQUE” CINEMATOGRÁFICO SIN DEMASIADO PODER DE FUEGO

Toda película deja traslucir una ideología, pero los films bélicos, necesariamente, lo hacen de forma más explícita: el relato no puede sostenerse solo en base a escenas de enfrentamientos abstractos, siempre tiene que haber una justificación, una bandera, un ideal que organice y dé sentido a los sucesivos combates. Siempre debe existir un grupo reducido de hombres con cuyas vidas se teje la historia y a través de cuyos ojos vemos la guerra. Buenos y malos, a veces con sus zonas de grises. Corazones de hierro no es, en este sentido, una excepción, sino más bien todo lo contrario: una película narrada según esquemas ampliamente probados, que pasa por todos los lugares comunes del género y cuyos héroes no son ni más ni menos que estereotipos: hombres de ojos claros ( los tres protagonistas los tienen y la fotografía se encarga de subrayarlo del modo en que ya lo hacía en los ‘40 John Alton con Libertad Lamarque), de buen corazón (su líder se muestra duro pero llora a escondidas cuando muere alguien cercano o ve un niño devastado por la guerra), dispuestos a la violencia más extrema y aun así con objeciones a la hora de tomar una mujer como botín de guerra (por otro lado, no es necesario, ya que ellas “acceden a cualquier cosa a cambio de un pedazo de chocolate” en una época de suprema escasez). Siempre con algún versículo de la Biblia en la punta de la lengua, el equipo está listo para cubrirse las espaldas. Nada es imprevisible en un relato al que cabe especialmente aquella sentencia de Sábato: el pelotón al que uno pertenece es siempre un absoluto.

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Es abril de 1945. La Segunda Guerra está llegando a su fin. Tropas estadounidenses avanzan a través de la Alemania Nazi rumbo a Berlín. El sargento Don «Wardaddy» Collier (Brad Pitt) realiza distintas misiones de apoyo al frente de un tanque Sherman y una tripulación de cinco hombres. Cuando uno de los integrantes del equipo original muere es reemplazado por un soldado novato con los consiguientes (y predecibles) conflictos que su falta de experiencia y pruritos morales acarrean.

La conformación del grupo respeta la receta clásica: junto al novato, el líder aguerrido que lo adiestra, el bruto, el aplomado y el infaltable representante de las minorías étnicas. Todo el relato se desarrolla ligado al tanque y su tripulación en un escenario en el que predominan el lodo y la sangre. El director, David Ayer (guionista de Día de entrenamiento, 2001), no ahorra ningún detalle “realista” en cuanto a ese rubro se refiere, aunque en otros no tenga los mismos reparos. Las batallas son especialmente cruentas, ya que –como explica el sargento- “los ideales son pacíficos, pero la historia es violenta “, y «acá no se trata de ser bueno o malo, se trata de matar al enemigo”.

Corazones de hierro es un film con todos los condimentos del género pero sin ninguna pretensión de ir un pasito más allá. Apunta al corazón, pero con balas de salva. O, lo que es lo mismo, mostrando el artificio.

2.12

TRAILER

FICHA TÉCNICA

Corazones de hierro (Fury, Estados Unidos-China, 2014)

Guión y dirección: David Ayer

Dirección de Fotografía: Roman Vasyanov

Música: Steven Price

Edición: Jay Cassidy y Dody Dorn

Duración: 134 minutos

Elenco: Brad Pitt, Shia LaBeouf, Logan Lerman, Michael Peña, Jon Bernthal y Brad William Henke.

PARA LOS FANÁTICOS DEL GÉNERO

Este es el primer film que ha utilizado un verdadero tanque Tiger I desde 1946. Se trata del único de su tipo aún operativo y es propiedad del Museo de Tanques de Bovington. El film hace especial hincapié en la superioridad del tanque alemán sobre los Sherman de las tropas norteamericanas.

 

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