CINE: LA DAMA DE ORO

Estreno 18/06/15

Por El espectador compulsivo

Tras la apariencia de un thriller judicial, el film de Simon Curtis se aboca –con menos profundidad y sutileza cinematográfica que Ave Fénix [i] (la excelente película de Christian Petzoldi), pero con igual determinación- a mostrar la complicidad de sus conciudadanos en el genocidio judío, en este caso puntual, del pueblo austríaco. Se trata de un tema, por otra parte, recurrente en los films que, de un tiempo a esta parte, enfocan el nazismo, aunque no novedoso si tenemos en cuenta el famoso libro de Hannah Arendt cuyo principal motivo, más allá de la figura de Eichmann, es precisamente ese.

la dama de oro

Basada en “una historia real”, el film alterna tres etapas decisivas en la vida de María Altmann: la de su niñez junto a su tía Adele, la famosa “dama de oro” del título, retratada por el pintor austríaco Gustav Klim; la de la ofensiva nazi sobre su familia y el resto de la comunidad judía; y la de su lucha en los tribunales a fines de los ’90 para recuperar una serie de pinturas robadas por éstos, pero, muy especialmente, la de su tía, un recuerdo invalorable desde el punto de vista afectivo, aunque desde lo estrictamente monetario sea bien determinable: más de cien millones de dólares.

El director Simon Curtis –Mi semana con Marilyn (2011) [ii]centra el relato en María, lo que permite a Helen Mirren desplegar en la pantalla toda su solvencia escénica y particular encanto. Haga lo que haga el resultado tendrá siempre su sello personal y este es, sin duda, uno de los atractivos de la película. Por otro lado, el núcleo de la historia está en el regreso de la Sra. Altmann a su Viena natal en compañía de su joven abogado, también judío austríaco y nieto del famoso compositor Arnold Schoenberg, regreso que dispara en ella multitud de recuerdos y conflictos que había pretendido enterrar con su emigración a los Estados Unidos. Aunque centrado en los vaivenes judiciales por la recuperación de la pintura, el relato se toma tiempo para mostrar, a través de sucesivos flashbacks, el destino de los judíos durante el nazismo: las primeras inmigraciones, los últimos que pudieron escapar, los robos de pertenencias y las humillaciones que sufrieron aún antes de que la “cuestión judía” se transformara en exterminio sistemático. Siempre de soslayo, tomando cierta distancia del centro de la acción (a través de una ventana, abriéndose paso a través de una multitud que se junta para ver los vejámenes a los que son sometidos), el film da cuenta del apoyo que dio el pueblo, al menos al principio, a estas políticas; “los recibieron con los brazos abiertos”, dirá María. Por esta razón, la recuperación de La dama de oro, pintura considerada en Austria una especie de símbolo nacional, cobra una significación especial: es, en cierta forma, un modo de reconocer la responsabilidad que le cabe a los austríacos en el destino de miles de personas, incluso como Estado, y, también, el papel que tuvieron y tienen los judíos en la conformación de su identidad misma como nación; desde Gustav Klim hasta Arnold Schoenberg, pasando por la misma Adele inmortalizada en el retrato.

Un film con algún golpe bajo (dado el tema, es casi imposible evitarlos), pero en todo momento interesante.

tres y medio

TRAILER

FICHA TÉCNICA

La dama de oro (Woman in Gold, Reino Unido-EEUU, 2015)

Dirección: Simon Curtis

Guión: Alexi Caye Campbell

Dirección de Fotografía: Ross Emery

Música: Martin Phipps

Edición: Peter Lambert

Diseño de producción: Jim Clay

Duración: 109 minutos

Elenco: Helen Mirren, Ryan Reynolds, Daniel Brühl, Katie Holmes, Tatiana Maslany, Max Irons y Charles Dance

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