TEATRO: FELICE

Un romance atravesado por la II Guerra, hecho de retazos, de cartas que van y vienen en medio del fragor de la batalla, cada vez más cercana. Una turbulenta  historia de amor y desamor hecha de fantasías y letras impresas, recortándose en un mundo que parece derrumbarse. Araceli Arreche enhebra estos vestigios y les da cuerpo y vida. Gran parte de esta proeza se debe a la admirable interpretación de Andrea María Villamayor en la piel de Felice Bauer, la amante de Franz Kafka.

felice

Felice y Franz se conocieron en agosto de 1912 en Praga -durante una breve estadía de ella camino a Budapest, de visita a la casa de su hermana- y casi de inmediato comenzaron a cartearse con inusitada frecuencia. A pesar de ello, su relación estuvo signada por constantes encuentros y desencuentros, no solo por la distancia que los separaba (ella vivía en Berlín), sino por conflictos personales que los llevaron a romper su compromiso en varias ocasiones. Fue, sobre todo, una relación epistolar, con pocos encuentros físicos y muchas frustraciones. El texto de Arreche rescata estos vaivenes afectivos tejiendo un fino hilo textual entre las misivas escritas y recibidas. Poco a poco, el mundo más íntimo del escritor va apareciendo en toda su complejidad: sus dudas y temores, la tarea de escribir, sus debilidades, aquello que en su tarea lo perturba; y también va dibujándose el de Felice, en toda su cotidianidad, aunque siempre mediatizado por las líneas que se envían.

La extraordinaria puesta de Hugo A. Ramos no solo potencia el texto, sino que le da una corporeidad que de lo contrario no tendría (se trata de cartas, algo muy difícil de llevar al escenario), una materialidad que no proviene solo del cuerpo y la voz de la actriz sino de la escena toda. Es de recalcar, en este sentido, la iluminación y escenografía de Magalí Acha. El espacio de El Crisol, por otra parte, brinda un marco adecuado por la intimidad de la sala y el modo en que está delimitado el ámbito del escenario.

Un viaje por los laberintos del amor a través de pasadizos muy bien escogidos. Una magnífica actriz que le da vida a una mujer que se debate entre el hombre que ama y la vida que, a pesar de todo, merece ser vivida.

FUNCIONES: Viernes 20.30 hs  – Teatro EL CRISOL – Av. Scalabrini Ortiz 657 – CABA

CARTAS

“Señorita: Ante el caso  muy probable de que no pudiera usted acordarse de mí lo más mínimo, me presento de nuevo: me llamo Franz Kafka, y soy el que la saludó a usted por primera vez una tarde en casa del señor director Brod, en Praga, luego le estuvo pasando por encima de la mesa, una tras otra, fotografías de un viaje al país de Talía, y cuya mano, que en estos momentos está pulsando las teclas, acabó por coger la suya”. Fragmento de la primera carta enviada por Kafka a Felice, 20 de setiembre de 1912.

 

“Que en mi interior hay dos seres que combaten, es cosa que ya sabes. Que el mejor de ambos combatientes te pertenece, es algo que en estos últimos días he dudado menos que nunca. Sobre las vicisitudes de la lucha has sido informada a lo largo de cinco años mediante la palabra y el silencio y mediante sus entremezcladuras, por lo general para tu tormento. Caso de que me preguntes si ha habido siempre veracidad, solo te puedo decir que jamás hacia ninguna otra persona me he abstenido tan enérgicamente de decir mentiras conscientes, o para ser aún más exacto, más enérgicamente, que hacia tí. Disimulos ha habido algunos, mentiras muy pocas, suponiendo que, de por sí, sea posible eso de que haya ‘muy pocas’ mentiras. Soy un ser mentiroso, de otra manera no sé conservar el equilibrio, mi barca es muy frágil”. Franz Kafka. 30 de septiembre de 1917. Penúltima carta y, sin embargo, la definitiva.

FICHA TÉCNICA

Dramaturgia: Araceli Arreche

Dirección y puesta en escena: Hugo A. Ramos

Actúa: Andrea Marina Villamayor

Vestuario: Jorgelina Herrero Pons

Diseño de Luces y Escenografía: Magaly Acha

Diseño de Sonido: Hugo A. Ramos

Fotografía: Ezequiel Peralta

Prensa: Laura Castillo