CINE: ¿A DÓNDE IRÁ A PARAR EL OSCAR A LA MEJOR PELÍCULA?
A cinco días de la ceremonia de premiación es hora de revisar la lista de films nominados en la categoría MEJOR PELÍCULA y arriesgar pálpitos y preferencias.
Aquí las ocho seleccionadas:
NACE UNA ESTRELLA
Aunque la historia es conocida (se hicieron varias versiones de ella, una muy popular con Barbra Streisand) y en el fondo la trama no se distingue demasiado de otros dramas románticos en cuanto a sus resortes, el film dirigido por Bradley Cooper atrapa por el talento mayúsculo de sus dos protagonistas: el director y principal figura masculina, y su co-protagonista, la magnífica lady Gaga, verdadero corazón de este film. La pareja no solo pone el cuerpo, ambos, además, son –conjuntamente con otros compositores- artífices de la música, una veintena de conmovedoras canciones que potencian la intensidad que de por sí tiene el relato. Para este papel, Cooper, que también canta, estuvo adiestrando su voz hasta alcanzar un registro más bajo, similar al del actor Sam Elliot, en quien se inspiró. Quizás por esta “deuda” el actor fue convocado para hacer de hermano mayor de Frank, el personaje de Cooper.
Una Lady Gaga irreconocible a cara casi lavada, pero brillando en todo su esplendor, y una emotividad bien construida son las claves de este film nominado a ocho premios Oscar, incluido el de Mejor película.
RAPSODIA BOHEMIA
Para quienes han crecido con la música y la imagen de Freddie Mercury el hecho de que él mismo no protagonice su propia película –lo cual es imposible ya que falleció en 1991- implica, de entrada, una pequeña e irracional decepción. Por más que Rami Malek lo personifique de maravillas –está nominado para el Oscar en la categoría Mejor Actor protagónico por este papel- uno siente que falta algo. Está, entonces, en el talento del director y guionistas construir un relato que aminore esta ausencia hasta hacerla imperceptible. En este sentido es un acierto iniciar la narración en el famosísimo concierto de 1985, presentado un Freddie de espaldas a punto de enfrentar a su público, y desplegar, a partir de allí, un extenso racconto que va desde sus primeros pasos en la banda que luego será Queen hasta ese momento culminante, elección que permite ir instalando la nueva imagen de Freddie de a poco, comenzando en los años en que era menos conocido.
La música, obviamente, es fundamental en el film y uno de sus mayores atractivos; es el núcleo de la película y está pensada para no defraudar a los fans ni en cantidad ni en calidad. El punto débil es, en cambio, cierto esquematismo del relato que lleva a dar cuenta de los hechos más importantes de la vida del ídolo como quien va tildando datos y acontecimientos fundamentales. La falta de pasión, esa que le sobraba a Mercury, es notable en este repaso de su vida. A pesar de todas las nominaciones con que cuenta para los premios del 24 de febrero -el film está nominado, además, como Mejor película, Mejor Edición, Mejor Edición de Sonido, Mejor mezcla de sonido- lo más potente del film sigue siendo el propio Freddie, que trasciende el trabajo de Bryan Singer y Dexter Fletcher en la dirección, o las debilidades del guión de Anthony McCarten.
GREEN BOOK
El mayor mérito del film dirigido por Peter Farrelly es mezclar reflexión y el entretenimiento (no diversión) en justas proporciones. Mezcla de road movie y buddy comedy el relato, anclado en los ’60, tiene como base una travesía que cruza Estados Unidos de punta a punta, avanzando por el Sur profundo. Se centra en la obligada relación entre dos hombres de distinta raza, cultura y condición social: un culto músico de color en gira por territorio enemigo (los Estados en los cuales todavía existe una tajante discriminación) y su chofer y guardaespaldas de origen italiano, quien acepta el trabajo solo porque el club en el que se desempeña como matón va a estar cerrado por dos meses. Es interesante el planteo que hace el film acerca de los estereotipos y la autopercepción, y cómo convierte el viaje en una atrayente aventura en la que cada uno aprende algo sobre el otro y sobre sí mismo, aunque finalmente el planteo global pueda caer en una corrección política un tanto ingenua, aunque muy bienvenida en los tiempos que corren, si no se banaliza el tema.
Nominada a cinco premios Oscar, incluidos Mejor Actor para Viggo Mortensen, Mejor Actor de reparto para Mahershala Ali, y Mejor Película.
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ROMA
No hace falta que alguien nos advierta que este nuevo film del director mexicano Alfonso Cuarón está basado en recuerdos de su propia infancia: es fácil reconocer la impronta profundamente personal en la emoción que hay contenida en cada imagen. No se trata de su destreza para narrar o fotografiar, se trata de la carga que éstas tienen más allá de la belleza del estilo; de su capacidad para condensar una época o un sentimiento. De la complejidad por la que cada escena remite a un mundo –el personal o el más amplio, el de México a principios de los ‘70- en un momento de profundas transformaciones, y hacerlo, sin embargo, desde la sencillez de una situación íntima, aparentemente casual o aleatoria; desde una economía narrativa tan digna de admiración
Además de las diez nominaciones al Oscar, el film viene cosechando innumerables premios entre los que se destacan el de Mejor Película en el Festival de Venecia, el BAFTA y los premios otorgados por el Círculo de Críticos de New York.
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EL VICEPRESIDENTE
Una de la más originales películas de la terna a nivel dirección, que, sin embargo, no termina de ser atractiva considerada globalmente. Basada en la vida, en apariencia mediocre, de Dick Cheney, vicepresidente de George W. Bush, el film intenta mostrar –con un relato de ficción pero intención casi documental-, cómo este hombre es quien ha manejado los hilos de la política de su país durante décadas sin demasiados escrúpulos y, hacia el final, ni una pizca de piedad.
Recurriendo en ocasiones al montaje de atracción, subtítulos y una ironía igualmente impiadosa, su exposición va levantando de a poco y con humor una tesis contundente: es Dick la poco conocida figura detrás de las grandes decisiones que cambiaron el rumbo de la política en EEUU, desde el recurso a la tortura hasta la instalación de noticias totalmente falsas como justificación de operaciones militares de gran envergadura. La intención didáctica del film prima sobre la concreción de metas más claramente emotivas o estéticas, con lo que el relato pierde pasión y, paradójicamente, contundencia.
THE FAVOURITE
Una de esas películas que tiene de todo: una trama más que interesante, una considerable cuota de suspense, actuaciones magistrales y una dirección que no teme innovar, pero nunca pierde de vista que el artificio solo cobra sentido si tiene función dramática.
El motor del relato es el poder: cómo conseguirlo o mantenerlo, y qué hacer con él más allá de las ventajas individuales que permita conseguir. Anclada a principios del s. XVIII, durante el reinado de Ana de Gran Bretaña, el film dirigido por Yorgos Lanthimos, se detiene en las luchas palaciegas en medio de la toma de decisiones acerca de la guerra con Francia, pero focalizando en una contienda mucho más cercana: la de dos mujeres que pujan por ser la favorita de la Reina, ya sea para poder gobernar en su lugar –la Reina era una mujer muy enferma, manipulable por ese motivo con facilidad-, ya sea por el ascenso social y el acceso al lujo que esta posición suponía. La narración tiene varios giros atractivos, que se van dando con sutileza. Los personajes y sus relaciones son complejas, formando un entramado denso que colabora al clima de opresión y capricho que parece rondar en todo momento, aunque a medida que avanza el film, éste vaya originándose en distinta fuente.
Con diez nominaciones al Oscar – Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actriz, Mejor Actriz de Reparto (dos nominaciones), Mejor Guión Original, Mejor Fotografía, Mejor Diseño de Producción, Mejor Vestuario y Mejor Edición- THE FAVOURITE es una de las favoritas.
BLACK PANTHER
Es la primera vez que un film del universo Marvel está nominado nada menos que al mayor de los Oscars y, realmente, salvo motivos extra cinematográficos, no parece haber razones que justifiquen distinguir esta película por sobre la totalidad de la producción de 2018; ni siquiera por sobre otras de su mismo género como, por ejemplo, Aquaman, con la que tiene varios puntos de contacto. Si bien es cierto que el film rompe con varios de los estereotipos ligados a la gente de color y su cultura al situar la acción en un país africano próspero y súper avanzado tecnológicamente, instalando personajes de ese origen en puestos que suponen una gran cuota de conocimiento y preparación, y a esto le suma mujeres en altos cargos, dotados todos ellos de gran poder de decisión, el relato en sí mismo no supera lo rutinario, eso sí, en grandes escenarios. En cuanto película de género, más allá del hecho mencionado de que los protagonistas de ambos bandos son gente de color, el relato cumple con todo aquello que se espera de un film de este tipo, con frecuentes batallas, alianzas inesperadas, villanos dignos de ese título y finales en concordancia. No defrauda pero no sorprende, al menos por estos lares en los que los prejuicios, incluso los raciales, pasan por otro lado.
INFILTRADO EN EL KKKLAN
Una película que en su complejidad, no exenta de fluidez, lo contiene todo: el alegato contra el racismo, la perspectiva histórica, el drama que no reniega del humor, la intriga que mantiene la tensión durante las dos horas y cuarto que dura el film, la multiplicidad de recursos cinematográficos puestos al servicio de una trama densa, que se instala en el pasado pero que puede muy bien conectarse con el hoy (de hecho, es lo que hace Lee sobre el final). Un cine que en el que se entrecruzan y rebasan varios géneros, para sobresalir, simplemente, el hecho de saber contar historias; historias acerca de una violencia que por estar tan bien narrada se vuelve universal, entendible, políticamente urgente, más allá de las consignas puntuales que el film retoma por estar anclado a fines de los ’70.
BLACKKKLANSMAN se basa en el libro de Ron David Stallworth, el ex oficial de policía de Colorado Springs que se infiltró en la organización para descubrir sus planes, toda una proeza considerando que, además de agente, es un hombre de color. La pareja protagónica asignada a tan increíble misión la conforman en el film John David Washington en el papel de Ron y Adam Driver en el de Flip Zimmerman, su alter ego, el hombre que lo reemplaza cuando éste tiene que dar su cara (blanca) en las reuniones del KKKlan. El hecho de que Flip sea judío –pero no practicante- permite al relato aventurarse por caminos que refuerzan el sentido.
Aunque puede criticársele cierta ridiculización en la composición de los personajes pertenecientes al Klan, más propio de una comedia negra en la que el relato no pretende encuadrarse, el film –que no esconde su condición política- no cae ni un maniqueísmo ingenuo ni en un didactismo demasiado simplista, sino que conserva siempre su intensidad dramática y un equilibrio ágil entre las situaciones graciosas que pudieran generarse y el contexto extremadamente violento e injusto en el que éstas se desarrollan.
El film está nominado para seis estatuillas: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor secundario, Mejor Guion adaptado, Mejor Banda Sonora y Mejor Montaje.
Sería sumamente arriesgado opinar sobre esta selección de ocho películas hecha por la Academia para su premiación número 91. Habría que tener un panorama al menos bastante completo de la producción del año pasado, lo cual es imposible desde aquí y con las limitaciones propias. En cambio, se puede hacer una elección sobre las ya nominadas, selección que, inevitablemente, estará contaminada por el sesgo que determina el background personal y el gusto, también subjetivo. Así, con estas salvedades, nuestra elección es BLACKKKLANSMAN. No es que pensemos que ese es el film que elegirá la Academia – me inclinaría por ROMA o LA FAVORITA, dos excelentes películas- sino que ese el film que pareció más logrado desde un punto de vista integral, considerando cuestiones cinematográficas, pero sin dejar de lado el impacto en lo extra cinematográfico.
Ya veremos en unos días por dónde pasa la apuesta de la Academia de las Artes y las Ciencias cinematográficas en esta entrega para la que ya ha sido confirmada la actuación de Queen (conformada por el guitarrista Brian May, el baterista Roger Taylor y Lambert, cantante surgido del programa televisivo American Idol que ya realizó varias giras con la banda) como una de las principales atracciones.