TEATRO/ARTES ESCÉNICAS: DEVINIENDO TATO
EL TALENTO DE TATO OTRA VEZ EN ESCENA
A más de cuatro años de su muerte, en octubre de 2015, el teatro sigue extrañando la portentosa presencia de Tato Pavlovsky, aunque, a menudo, en época de salas abiertas, alguna de sus obras no falte en cartel. Fundador del psicodrama psicoanalítico en Argentina, escritor, dramaturgo, director y actor, fue un hombre absolutamente prolífico en todos los campos a los que se abocó. Sus obras no perdieron nada de su vigencia con el paso del tiempo, como lo prueban POTESTAD, ÚLTIMO MATCH, ROJOS GLOBOS ROJOS, TELARAÑAS o LA MUERTE DE MARGUERITE DURAS, por nombrar solo algunas. Deviniendo Tato hace el milagro de devolvérnoslo, trayéndolo nuevamente al escenario en palabra y espíritu, y también (¿por qué no?) en cuerpo, gracias a la brillante interpretación que de él hace Maximiliano Sarramone, subrayada por una iluminación y escenografías muy bien diseñadas, y la precisa dirección de Gabriela Villalonga.
La obra –creada por Villalonga y Rodrigo Cárdenas, dos de sus ex pacientes- se construye, a modo de patchwork, a partir de los textos dramáticos, artículos y anécdotas personales de Pavlovsky, sumados a situaciones de psicodrama, recreadas por los autores a partir de su propia experiencia. Pretende ser un reconocimiento – homenaje a lo vivido y trabajado con él en sus sesiones grupales y, también, un vehículo para la transmisión de aquello que, a lo largo de su vida, fue haciendo y reflexionando.
Deviniendo Tato toma la forma de un monólogo evocativo que recrea una sesión de terapia psicodramática ficticia, a cargo de Pavlovsky, desde la visión subjetiva de uno de sus participantes. En ella los intervinientes son seis, sentados en ronda de almohadones, en lo que sería, en los recuerdos de Cárdenas y Villalonga, el consultorio de Tato. En este ámbito se desarrollan situaciones dramáticas a partir de las discrepancias de los distintos pacientes que participan. El terapeuta explica, insiste y hasta confronta con los integrantes del grupo. Estos acceden al desarrollo de una “multiplicación dramática”, dispositivo creado por Tato, Kesselman y Frydlewsky, cuya puesta en escena es el centro de la pieza. Esta multiplicación llega al espectador a través de historias breves, salpicadas de un humor algo agrio y de marcada intelectualidad, pero también de cierta ternura. A lo largo de las sucesivas rondas, los personajes van tomando cuerpo y personalidad, permitiendo distinguirlos unos de otros, en medio de un dramatismo creciente, perceptible aún para quienes no tienen experiencia alguna en la dinámica.
En cuanto a la obra que se ofrece por streaming –con la posibilidad de un Zoom posterior que propone un mano a mano con los creadores muy interesante- es la filmación de una función de las que tuvieron lugar en el Nun Teatro, con público presente en la sala. Es decir, no reversiona la pieza dramática mediante los recursos más propios del audiovisual, sino que nos la presenta tal como se dió en el escenario en ese momento preciso, rescatando por ende, también, todo aquello que aconteció en la platea, lo que le agrega atractivo.
PRÓXIMA FUNCIÓN POR STREAMING SÁBADO 19 DE JUNIO 20 HS (plazo de 24 horas para verla) – ENTRADAS POR ALTERNATIVA
FICHA TÉCNICA
Autores: Gabriela Villalonga y Rodrigo Cárdenas
Dirección: Gabriela Villalonga
Actúa: Maximiliano Sarramone
Música: Martín Pavlovsky
Diseño y entrenamiento del lenguaje corporal: Silvia Spinelli
Diseño de luces: Gabriel Virtuoso
Vestuario y escenografía: Virginia De Los Santos
Diseño gráfico: Malala Emanuele
Fotografía: Gabriel Insaurralde