TEATRO: COCINANDO CON ELISA
La obra de Lucía Laragione, ganadora del Premio María Teresa León de 1994, conserva en esta nueva puesta a cargo de Mariana Giovine la misma vigencia que obtuvo desde su primera vez en Buenos Aires, en el escenario del Teatro del Pueblo en 1997. Exponente de un realismo textual comprometido, la pieza explora con profundidad -pero también con un humor sutil e inteligente- los resortes del poder y la violencia en todas sus formas, a partir de un ámbito doméstico en el que convergen (y compiten) dos mujeres, conflicto que habilitaría, entre otras lecturas, una muy actual desde la posible o no sororidad, poniendo de manifiesto la enorme productividad del texto dramático.
Dos mujeres, una mayor y experimentada (Nicole) y otra joven e inexperta (Elisa), coinciden en la cocina de una estancia bonaerense donde ambas trabajan, una como jefa y maestra, la otra como aprendiz. Juntas deben preparar exóticos platos para los señores dueños del lugar, siempre fuera de escena. El puesto privilegiado de la primera, poseedora de un saber y una supuesta jerarquía que la segunda no tiene, hará que se aproveche de su posición y entable con su discípula una relación no exenta de crueldad, la misma crueldad que tienen para con los animales que usan para sus sofisticados platos en la cocina.
Entre recetas y problemas domésticos (la rata que asola la cocina, los ingredientes que faltan, la novel cocinera que quizás olvide algo) la pieza va desentrañando los oscuros mecanismos del poder, dando pie a múltiples lecturas. Si bien una de las primeras que acompañó la recepción fue la de ser una metáfora de la violencia represiva durante la dictadura —para lo cual hay, sin duda, sólidos pilares en los que apoyarse— a medida que el texto dramático siguió su curso en el tiempo, aparecieron como evidentes otras más relacionadas con problemáticas ligadas a la lucha de clases o la cuestión de género, o más simplemente la violencia laboral, moneda corriente no solo en nuestros días. En este sentido, uno de los méritos de la pieza es visibilizar la violencia psicológica/ simbólica que muchas veces pasa desapercibida como tal, y hacerlo con un humor que mantiene el nivel de entretenimiento sin dejar de lado la densidad propia de los temas que aborda. Por lo demás, es muy interesante el modo en que lleva a escena la complejidad de las relaciones, ya que ninguno de los dos personajes protagónicos es lineal.
La puesta de Mariana Giovine aporta todo el despliegue que el texto requiere para reforzar su intención realista: una excelente escenografía en varios planos, un muy buen vestuario y objetos que simulan con detalle los animales que utilizan para preparar sus platos; pero lo más destacable es la interpretación extraordinaria de las dos actrices que interpretan a esas dos mujeres, tan distintas en su manera de enfrentar la vida. Impecables Gabriela Villalonga y Luciana Procaccini.
FUNCIONES: sábados a las 18.30 horas – Teatro BECKETT – Guardia Vieja 3556, CABA
FICHA TÉCNICA
Texto dramático: Lucía Laragione
Dirección: Mariana Giovine
Diseño de vestuario y escenografía: Alejandro Mateo (ADEA)
Diseño de iluminación: Fernando Chacoma
Música original: Martín Pavlovsky
Fotografía: Gabriel Insaurralde
Producción: Marina Kryzczuk
Elenco: Gabriela Villalonga y Luciana Procaccini