Muy lograda versión de la obra homónima de Jean Cocteau a cargo de Daniel Veronese (adaptación y dirección), quien realiza un interesante cambio en el sistema de personajes. El resultado es una comedia negra, ágil, que da para pensar, quizás más que el original.
Con un interesante planteo de base, la obra de Gabriela Calcaterra combina, en tono de comedia, una serie de situaciones que anclan en un mismo espacio, entrecruzando a los distintos personajes que lo habitan.
Más allá de sus sutilezas formales y transgresiones temáticas —la inusual pareja romántica entre una mujer de setenta años, con una incipiente enfermedad, y un médico de cuarenta y cinco, casado y con hijos—, LOS JÓVENES AMANTES es un melodrama más bien convencional y hasta pudoroso, con una estética muy cuidada y ritmo más bien lento
Sin solemnidades, pero con una mirada atenta a lo fundamental (en el sentido más filosófico del término), la primera obra dramática de Sonia Novello reflexiona sobre el paso del tiempo, la finitud y la belleza que nos rodea. El resultado es un fluir poético que nos acerca a las cuestiones más existenciales con la simpleza de una tarde de sol, entre pájaros y plantas, en un jardín suburbano.
Inspirada en la trilogía cinematográfica Antes del amanecer, Antes del atardecer y Antes de la medianoche, de donde toma su título, Después del atardecer es mucho más que una adaptación de la historia y los personajes al teatro, aunque conserva parte de su esencia: la relación que se enhebra y desenhebra a través de un diálogo cada vez más íntimo, el fracaso tras el éxito aparente, parte de los pormenores de la vida de cada uno.
