TEATRO: BOCAS DE REGISTRO

HISTORIAS DE FRATACHO Y RIMMEL

Cinco mujeres en un ámbito tradicionalmente masculino -una obra en construcción- es el punto de partida que propone la dramaturga Gabriela Izcovih para explorar con mucho humor la vida cotidiana de un grupo de mujeres albañiles, echando una bocanada de aire fresco sobre algunos de los tópicos más sobresalientes del mundo femenino.

Amas de casa, madres, amantes e hijas, pero también yeseras, electricistas o capataces, los personajes de Bocas de registro afrontan cada día la dura tarea de luchar en varios frentes a la vez, repartiéndose entre el amor, la vida familiar y un trabajo que les demanda una larga jornada sin perder la esperanza ni lo más “típico” de su condición. Y es precisamente ahí donde radica el juego propuesto por la directora: explorar esas zonas tan transitadas con una mirada nueva, desprejuiciada, y deconstruir tipos y situaciones con un guiño al espectador. En definitiva, se trata de echar un vistazo a cómo somos, y cómo nos ven; qué está cambiando y qué cosas, a pesar de todo, siguen igual (enamorarse, ver morir a los padres, cuidar de los hijos).

En una apuesta estética que no teme cruzar “registros”, la realizadora mezcla  el más crudo realismo con elementos fantásticos, la acción con el monólogo confesional, oculta y revela al mismo tiempo el artificio escénico. Cinco actrices “ponen el cuerpo” y el talento para que el mecanismo funcione demostrando que no hay un abismo entre una tarea de “pura fuerza” y otras labores aparentemente bien distintas. Es en este sentido que la presentación de Eulalia, Penélope, Roberta, Jorgelina y Mireya, cada una en un espacio diferente de la sala, cada una desgranando su propia historia a medida que se viste para empezar el día/la función, se convierte en un momento sumamente significativo y de una potencia dramática inusual.

Más allá de las casi cinco mil mujeres albañiles que congrega la UOCRA, Institución que apoya la obra –y aquí se da una concentración de sentido absolutamente deliberada-, Bocas de registro visibiliza a la mujer trabajadora en general, hermanando de algún modo todas las tareas, no importa su especificidad. Y ese, a mi entender, no es un logro menor.

Para reírse de lo que nos preocupa y burlarse de los “tipos” aquí hay cinco historias con olor a mujer.

FUNCIONES LOS SÁBADOS 21 HORAS EN LA CARBONERA Balcarce 998 CABA

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