TEATRO: TIBIO
LA LITERATURA ¿COMPROMISO O RESGUARDO?
Considerada por Argentores la Mejor Obra Unipersonal 2021, TIBIO va más allá de su anécdota central, anclada en 1979, durante la Dictadura, para bucear en las dudas y miedos que no nos permiten afrontar determinadas situaciones, ya sea romper el silencio e involucrarse desde el rol que toque, hasta hacerse cargo de un hijo por venir. Alternando en dos tiempos, Horacio Roca interpreta a un profesor de literatura debatiéndose ante las disyuntivas que se le plantean y sus posibilidades para resolverlas.
Es 1979 y Joaquín Rodríguez Janssen da clases de literatura española en un colegio secundario, en medio de la indiferencia generalizada. El tema es Unamuno y, a raíz de sus textos, se desata una discusión reiterada con un alumno, el más brillante y cuestionador del curso. El enfrentamiento llega a los oídos de las autoridades, que pretenden tomar medidas. En los años más oscuros de la dictadura, el rumbo que siguen los acontecimientos lo lleva a cuestionarse su rol docente, desatándose en él un debate íntimo sobre el vínculo de la literatura con la realidad y las encrucijadas que el duro presente le plantea entre omitir y recordar, entre el silencio o la vida.
Horacio Roca da vida magistralmente a este hombre, dejándose atravesar por todo el arco de las emociones que lo envuelven en distintos momentos. Los textos de Unamuno –especialmente Niebla– y sus propias crisis al respecto de la literatura y su relación con “lo real” tienen un papel importantísimo en el texto dramático escrito por Mariano Saba, dramaturgo con una carrera académica que se nota en el devenir escénico (investigó para el CONICET), no por su solemnidad o árida teoría, sino por el profundo conocimiento acerca gran escritor español, su contexto y sus avatares políticos (siempre se nota cuando el conocimiento se hizo “carne”). Es precisamente este saber el que permite que TIBIO no se quede en el mero planteamiento intelectual, sino que sea, además, una obra emotiva (el momento cúlmine en cuanto a este aspecto es la escena de la calesita, una joya de texto e interpretación).
Por lo demás, el retorno a una temática que tiene que ver con la dictadura, a cuarenta años de su finalización, tiene su razón de ser tanto en Janssen como en Saba, quien considera que es necesario en la medida en que ciertos discursos peligrosos vuelven a circular hoy con fuerza y se naturalizan.
La memoria de aquello que hemos atravesado es siempre un buen antídoto. O debería serlo.
Funciones: Sábados, a las 18 en Moscú Teatro – Ramírez de Velasco 535- CABA
FICHA TÉCNICA
Dramaturgia y dirección: Mariano Saba
Actor: Horacio Roca
Voz de Sánchez: Demian Velazco Rochwerger
Escenografía y vestuario: Paola Delgado
Diseño de luces: Ricardo Sica
Diseño y producción de sonido: Pablo Sala
Diseño gráfico y fotografía: Mariano Martínez y Melina Frezzotti
Duración 70 minutos